domingo, 2 de mayo de 2010

Si me odias tanto... (cuento finalista de Twitteras Asesinas) Enero 2010

La odié desde que conocí en realidad como era. Con esa cara de hermoso ángel desprotegido. Sin tener que hacer nada más, ella era objeto de admiración, de concesiones, de halagos. Yo en cambio tenía que luchar el doble para poder destacar, para que alguien tan siquiera notara que estaba. Yo era simpática, a veces ruda, pero ella era hermosa y además abría la boca justo en el momento para demostrarlo. Me robó la vida que me tocaba, me robó el amor que estaba en mi camino, las oportunidades que hubieran sido mías. El colmo fué cuando a la hora de escoger, la escogieron a ella. Ahí perdí mi espacio, mi manera de expresarme, mi camino. Decidí acabar con ella de una vez.

Cianuro. Muy obvio y de cuento.
Sosa Caústica en el jugo de naranja. Me descubriría enseguida.
Degollarla o apuñalarla. No me gusta ensuciarme. Evidencias.
Un balazo. Si ni le atino a una mosca.

Ahorcarla. Fácil. Una cuerda. Mi peso encima de ella. No habría más que su cuerpo. Decidí enfrentarla antes de realizarlo. A manera de un ritual de despedida, de esa manera lograría aterrorizarla más.

Me paré ante el espejo, me puse la cuerda en el cuello. Sentí como ella luchaba dentro de mi para evitarlo. "No nos puedes hacer esto" me decía.


"No me lo hago a mi, te lo hago a tí, no puedo más contigo, no se trata nada más de borrarte de mi vida porque no puedo hacerlo, mientras más lo intento más te apoderas de mí" le contesté mientras veía nuestra cara por última vez. Es dualidad nos mata literalmente. "Este camino que tomaste que no es el mío, que no es el que quería seguir, es un camino de piedras y pozos, de mensajes y luchas pérdidas, por lo que decido liberarme y ahogarte a ti en el infierno"

Subí a la silla mientras amarraba la cuerda a la viga del techo. La oía gritar suplicándome. Mientras más me pedía clemencia, más ganas tenía de acabar con ella. No más psiquiatras. No más reclusiones. "No más amores perdidos porque tu personalidad es mejor que la mía. Soy yo. No tú. Yo te inventé. Así me deshago de tí. Muriéndome yo".

Dí el paso hacia adelante para vencer la gravedad... Sentí como yo dejaba de respirar y como ella inhaló por última vez... Liberadas por fin...

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