martes, 24 de noviembre de 2009

Demonios Cibernéticos

No es cierto lo que ven mis ojos. De hecho, no lo puedo ni describir. Recibí un mail de mi amiga Liza (nombre falso, conste). Aparte de ser de lo más pornográfico, lo cual no me importaría (ejem), es asqueroso. De verdad hacen las personas cosas asi?

Me preocupo tanto por el video que acabo de ver, que le escribo a mi amigo el Gastrodoc. "Querido, dime, esto que te forwardeo es real? La chava de verdad puede hacer eso? el tipo no se ahogó?"

Supongo que el Gastrodoc se moría de la risa cuando le llegó mi mensaje. "Guera, no ves de lejos que está truqueadisimo? quién puede ABRIRSE de esa manera?, no creas todo lo que te mandan"

Ya con la mente terapeada por el doc, lo vuelvo a ver, cacho dos o tres errores que no se perciben a la primera por la impresión y me doy cuenta que si, efectivamente, está truqueadisimo.

México es el líder en intercambio de pornografía.

Yo a la semana, recibo no menos de 10 mails porn de amigas (si, las viejas también vemos porn, light, pero porn al fin). Más como 40 invitaciones pornspam. La Britney chupona de Twitter me persigue. Pero eso al final, yo como adulto lo puedo manejar (a veces).

Mi hijo de 10 años, buscando un video de Black Eyed Peas, encontró algo que se llamaba Black girls and a cock. Sin leer bien y por ponerlo rápido, le dió enter. Cuando empezó a verlo, me gritó. Cuando llegué, estaba llorando y diciéndome que no quería hacer nada malo. Después de una súper plática, muy larga, acerca de la pornografía, de porqué corre tanto por internet, y una reflexión mía de porqué el bloqueador parental no había servido, se quedó más tranquilo. Pero...

México es el país líder en intercambio de pornografía.

Me acordé de aquel video que me mandó Liza. Se me ocurrió darle un google con cualquier nombre de búsqueda con su referencia. Ahí estaba, gratis, a la mano de quién le diera click. Con un nombre inocente. Listo para que mi hijo o el de cualquiera lo pueda ver. Antes, los chavos veían a escondidas el Playboy y recuerdo una plática de mis primos de que veían porn rayada (con rayitas de poca sintonización) en un canal no registrado por cable o la antena, o alguien tenía una pelicula en betamax o en vhs. A eso se remitía la pornografía cuando yo era chava. Por lo menos de lo que yo sabía, ya sé, igual y era yo más inocente. Pero no estaba a la mano de un niño de 10 años que busca videos de música, está gratis y al alcance de un click.

No me la doy de moralina, pero de alguna manera, mi educación fue bastante controlada por mi mamá. Ahora, si no estoy pegada a la compu, mis hijos pueden ver cualquier cosa sin que yo lo sepa, sin que tengan la información completa. Porque al final, la información debe ser manejada para que sea útil, no amarillista ni perturbadora.

Las noticias de la semana pasada de la captura de varios traficantes de niños y de pornografía infantil me aterra. No solamente por el calvario que puedan pasar estos pequeños, sino por la poca atención que ponen las autoridades, los padres de familia, las escuelas en el manejo de la información. Los niños siguen siendo niños hasta que nosotros los adultos decidimos lo contrario. Mientras haya mercado para estos locos, habrá niños desaparecidos, explotados, violados y todo esto se podrá ver al alcance de un botón. Y se nos hará cada vez más normal. Nos acostumbramos ya a oir de las niñas de Juárez, de las otras que se llevaron a Tailandia y regresaron dañadisimas, de niñas de 10 años encerradas por dias como juguetes sexuales en Zacatecas. Y diremos "pobres" y seguiremos tranquilos en nuestras casas porque no nos pasa a nosotros.

Yo no quiero que mis hijos piensen que eso es lo normal. Ni quiero pensarlo yo.

Y como pocos hacen algo que haga una diferencia, México es el país líder en el intercambio de pornografía infantil....

No hay comentarios:

Publicar un comentario